Ya son casi 3 semanas desde que empezó la ofensiva israelí sobre Gaza. Sucediendose nuevos ataques, incursiones o lanzamientos de misiles, el bloqueo de la ayuda humanitaria y la infracción de numerosas normas de derecho internacional, pagando el pato unos más que otros, especialmente los civiles palestinos.
Son ya muchos años de enfrentamientos en un asunto difícil de solucionar, pero no por ello imposible de conseguir.
Gaza, al igual que otros puntos de Oriente Medio, linda con el Mar Mediterráneo y como cada vez queda más patente, el potencial de este mar es muy grande, llegandose a poder disfrutar de olas que nada tienen que envidiar a las de otros lugares en donde estamos acostumbrados a ver buenas olas. Únicamente los frecuentes enfrentamientos que se producen en la franja hacen que nos distraigamos y no nos demos cuenta de este hecho.
En la Franja de Gaza hay decenas de personas que ven en el surf su única forma de abstraerse de la situación que sufre su país. El surf, como el en resto del mundo, supone para los que lo practicamos un momento de diversión y de alejarnos de los problemas cotidianos y esto es aun más importante en sitios como Gaza en los que el día a día resulta muy dificil. Los problemas se quedan en la orilla y por un rato disfrutan deslizandose sobre las olas.
Allí no importa la marca de la tabla, si tiene o no doble cóncavo, la marca de la que sea tu bañador o si sabes mejor o peor surfear, solo cuenta disfrutar del momento.
El surf, es también un medio de unión entre pueblos. Al fin y al cabo, el sentimiento surfero es igual tanto en Palestina como Israel, y ya ha habido unos cuantos actos entre surfistas palestinos e israelíes que muestran que se puede llegar al entendimiento y a la paz entre ambos pueblos, por diversas que sean las culturas, las religiones o pensamiento. A la cabeza me vienen muestras como las del pionero surfista americano-israelí, Dorian Paskovitz, que donó 12 tablas a un club de surf de Gaza, como muestra conciliadora.
Es duro tener que ver situaciones tan dramáticas, pero peor es ver que a pesar del paso de los años, no se solucionan. En nuestras manos y en las de nuestros dirigentes queda cambiar esto.
Paz y Surf para Gaza
PAZ Y SURF PARA GAZA
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