Una de dos, o no abundan los buenos presidentes de equipos de fútbol o no es una buen época para la dirección deportiva de los clubes de fútbol.

Calderón ha sido el último presidente en irse. Uno más en tres años, y ya van 5 en el R.Madrid.

Lo cierto es que cada vez era más evidente lo que debía haber pasado hace ya 2 años, desde que se descubrieron una serie de irregularidades durante las elecciones a la presidencia. Todo aquel jaleo del voto por correo y el "caso Nanín" no hacían mas que demostrar que había gato encerrado. Si además sumamos a ello los presuntos negocios que hacía aprovechándose del cargo, las entradas VIP revendidas por personas de la directiva, el salto de la lista de espera para ser socio del equipo, la ineficaz política de fichajes (especialmente con la promesas de la llegada de C.Ronaldo y Kaká) y el escandalo de la asamblea de compromisarios, se reafirma que Calderón no era apto para presidir una institución como el R. Madrid. Lo único que no se puede reprochar son los títulos conseguidos en esta etapa.

En los últimos años se han sucedido numerosas dimisiones y escándalos por parte de los presidentes de fútbol, tanto en 1ª división como en 2ª. Tal vez tenga que ver la forma en que ha cambiando la gestión de los clubes y las conversion de la mayoría de equipos en S.A, no se puede decir que hayan ayudado mucho.

La forma de dirigir los equipos de fútbol puede parecerse a la gestión de las empresas. Sin embargo, es alucinante como la presidencia de los equipos de fútbol ha podido cargarse a grandes empresarios como Florentino Pérez, Fernando Martín o Soler , pero el fútbol no se rige por los presupuestos o la fuerza de ventas, sino por cosas mucho más simples, que poco tienen que ver con el entorno de la empresa.

El sucesor de la dirección del R.Madrid es otro gran empresario, que hasta la celebración de elecciones le tocará llevar "llevar el barco a buen puerto", nunca mejor dicho.

Esperemos que el próximo presidente del Madrid y el resto de presidentes de otros equipos, que puedan estar en entre dicho, sepan manejar bien sus equipos, por el bien de fútbol y de los que disfrutamos de él y no tengamos que volver a despedirnos de un presidente al ritmo del "Bye, bye baby" de los Bay City Rollers.