Oleo sobre lienzo de Murillo del S.XVII. Representa una escena propia de la picaresca española donde dos niños, están comiendo un melón y unas uvas, que posiblemente han robado |
"Nuestros pícaros constituyen la versión contraria al idealismo de los caballeros, el quijotismo, al tiempo que aguzan su ingenio para sustituir el trabajo por el engaño. Es la tradición menos presentable de un país que se resistía a la modernidad cuando ésta ya dominaba en el resto de Europa.
Los católicos nos salvamos por la misericordia de Dios mientras los protestantes lo hacen por los méritos contraídos en vida. Esa es la esencia moral del capitalismo protestante. Pero es que, además, el pícaro tiene prestigio en la cultura latina. El pícaro es más un tío listo al que se admira que un bellaco al que se desprecia. España no es Alemania. (…)"
- Extraido de un artículo relacionado con el caso 'Gürtel' -
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