Desde que hace poco más de un año saliesen a la luz unos datos que demostraban que uno de los transportes públicos en los que más "simpas" se colaban de toda la UE era el Tram de Alicante, la FGV no ha parado de pensar formulas para que todos paguemos nuestro trayectos metropolitanos.
Con la construcción de las paradas del Mercado y del MARQ, se consiguió que todo aquel viajero que tuviese como destino el centro de Alicante tuviese que pagar, pero claro aun quedaban otras muchas paradas en las que no existía ningún tipo de control en que obligase a pagar el billete.
La figura del revisor siempre ha existido en el Tram, el problema era que o pasaban poco o no pasaban nunca, debido a que el número de revisores contratados por FGV era mínimo, y los viajeros se fueron aprovechando de ello "invitados" por una administración que les enseñaba que si viajaban sin billete no habría nadie para controlarlos.
Primero empezaron colocando máquinas expendedoras de tickets en algunos tramvias (no en todos, porque en algunos no parece haber sitio) y contrataron a más supervisores que pudiesen controlar los trayectos, lo que se debió hacer desde la puesta en marcha del servicio.
Después, decidieron poner en marcha una campaña con el lema "Yo viajo, tú viajas, él viaja... todos pagamos" con el que, por supuesto, querían remendar tan mala costumbre de los viajeros alicantinos y como parece que la campaña no les está dando los frutos deseados (a pesar que ahora de media se cuelan 2 viajeros sin billete al día), pues desde septiembre decidieron poner en marcha lo que ellos definen como "controles rutinarios".
Desde su inicio y como usuario diario del Tram he visto muchas veces estos "controles" y hoy me ha vuelto a pasar...
Estaba repasandome algunos de mis apuntes y en la parada de Condomina se abren las puertas del Tram, exacto eran ellos, los de los "controles rutinarios". Se suben cuatro revisores, dos guardias de seguridad con cara de... (mala leche) y un señor con libreta, comienza la redada. Los de seguridad miran a todos lados con cara de pocos amigos, mientras los cuatro revisores piden el ticket o el bono, y el señor de libreta parece tomar notas de todo lo que pasa. La situación es un poco violenta y al mismo tiempo un poco cómica, y los extranjeros que tengo delante se miran sorprendidos no entendiendo bien lo que pasa. Pocas paradas más tarde se bajan todos los del control del Tram. Una señora se atreve a decir que nos tratan como si fuésemos delincuentes, y desde luego no le falta razón.
Me gustaría conocer a la cabecita pensante que idea este tipo de estrategias en la organización de FGV.
¿No sería más fácil asignar un revisor por cada tramvia, y que este controlase cada trayecto?
Con la construcción de las paradas del Mercado y del MARQ, se consiguió que todo aquel viajero que tuviese como destino el centro de Alicante tuviese que pagar, pero claro aun quedaban otras muchas paradas en las que no existía ningún tipo de control en que obligase a pagar el billete.
La figura del revisor siempre ha existido en el Tram, el problema era que o pasaban poco o no pasaban nunca, debido a que el número de revisores contratados por FGV era mínimo, y los viajeros se fueron aprovechando de ello "invitados" por una administración que les enseñaba que si viajaban sin billete no habría nadie para controlarlos.
Primero empezaron colocando máquinas expendedoras de tickets en algunos tramvias (no en todos, porque en algunos no parece haber sitio) y contrataron a más supervisores que pudiesen controlar los trayectos, lo que se debió hacer desde la puesta en marcha del servicio.
Después, decidieron poner en marcha una campaña con el lema "Yo viajo, tú viajas, él viaja... todos pagamos" con el que, por supuesto, querían remendar tan mala costumbre de los viajeros alicantinos y como parece que la campaña no les está dando los frutos deseados (a pesar que ahora de media se cuelan 2 viajeros sin billete al día), pues desde septiembre decidieron poner en marcha lo que ellos definen como "controles rutinarios".
Desde su inicio y como usuario diario del Tram he visto muchas veces estos "controles" y hoy me ha vuelto a pasar...
Estaba repasandome algunos de mis apuntes y en la parada de Condomina se abren las puertas del Tram, exacto eran ellos, los de los "controles rutinarios". Se suben cuatro revisores, dos guardias de seguridad con cara de... (mala leche) y un señor con libreta, comienza la redada. Los de seguridad miran a todos lados con cara de pocos amigos, mientras los cuatro revisores piden el ticket o el bono, y el señor de libreta parece tomar notas de todo lo que pasa. La situación es un poco violenta y al mismo tiempo un poco cómica, y los extranjeros que tengo delante se miran sorprendidos no entendiendo bien lo que pasa. Pocas paradas más tarde se bajan todos los del control del Tram. Una señora se atreve a decir que nos tratan como si fuésemos delincuentes, y desde luego no le falta razón.
Me gustaría conocer a la cabecita pensante que idea este tipo de estrategias en la organización de FGV.
¿No sería más fácil asignar un revisor por cada tramvia, y que este controlase cada trayecto?
Se debería tomar ejemplo del funcionamiento de otros transportes públicos metropolitanos y de los medios que estos emplean para su buen funcionamiento.
¿Que será lo próximo?
Por lo pronto, ya sabemos que en hogueras la policía autonómica hará controles dentro del tram...
Por lo pronto, ya sabemos que en hogueras la policía autonómica hará controles dentro del tram...
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